Método de conservación del té negro

Método de conservación del té negro
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Puntos a tener en cuenta:
- Evitar temperaturas inadecuadas:
El té contiene aminoácidos, azúcares, diversas enzimas, vitaminas y compuestos aromáticos. La temperatura puede provocar reacciones químicas en estos componentes. Se ha demostrado que una diferencia de 10 °C puede acelerar estas reacciones entre 3 y 5 veces. La temperatura ideal para conservar el té es entre 0 °C y 5 °C.
- Evitar la humedad excesiva:
La humedad también afecta la calidad del té. Cuanta más humedad contiene el té, más rápido se producen reacciones químicas y más difícil es mantener su calidad. Lo ideal es mantener la humedad en un 5 %.
- Evitar la oxidación:
El oxígeno es un elemento muy reactivo y puede provocar la oxidación de los componentes químicos del té. Por ello, el té debe almacenarse herméticamente.
- Evitar la exposición a la luz:
La luz es una forma de energía que también influye en la calidad del té. Los estudios muestran que en un envase transparente, la vitamina C del té puede reducirse entre un 10 % y 20 % después de solo 10 días.
- Evitar la contaminación por olores:
El mejor recipiente para conservar el té es una lata de hierro con doble tapa hermética. Guardarlo en el refrigerador es aún mejor. Si se guarda en papel o bolsas plásticas, el té puede perder su aroma. No se debe almacenar junto a productos con olores fuertes como cigarrillos o naftalina, ni en cajas de madera aromática como el alcanfor.
Métodos comunes de almacenamiento:
- Conservación en lata de hierro:
Usar latas de hierro con doble tapa disponibles en el mercado. Antes de almacenar, comprobar que estén bien selladas. Colocar el té seco dentro, llenando completamente para minimizar el aire en su interior. Es un método práctico, pero no adecuado para conservación a largo plazo.
- Conservación en termo:
Usar un termo con buena capacidad de aislamiento. Llenar con té seco, asegurándose de dejar el menor espacio posible. Sellar la boca del termo con un corcho, cubrir con cera blanca y envolver con cinta adhesiva. Gracias al poco aire interno y la temperatura estable, es un método eficaz y sencillo.
- Conservación en tarro de cerámica con cal viva:
Utilizar un tarro de cerámica seco, sin olores y con buena hermeticidad. Envolver el té en papel kraft y colocarlo alrededor del borde interior. En el centro, colocar una bolsita de cal viva y encima más té. Llenar el tarro por completo y cerrar con algodón. Cambiar la cal cada 1 o 2 meses. Este método, gracias a la capacidad absorbente de la cal, mantiene el té seco durante mucho tiempo y es ideal para tés finos como Longjing.
- Conservación con doble bolsa de plástico:
Primero envolver el té en papel limpio sin olor, luego en papel kraft, y finalmente introducirlo en una bolsa plástica hermética para alimentos. Sacar el aire lo más posible y atar con un cordón fino. Luego repetir el proceso con una segunda bolsa. Finalmente, guardar en un recipiente de hierro seco y sin olores.
- Conservación en refrigeración (baja temperatura):
Usar el mismo método anterior (doble bolsa) y guardar en el refrigerador, con la temperatura por debajo de los 5 °C. Puede conservar el té durante más de un año. Este método es especialmente adecuado para tés de alta gama y té de jazmín. Es importante evitar que el té se humedezca.
- Conservación con carbón vegetal:
El carbón tiene una gran capacidad para absorber la humedad. Primero encender el carbón, apagarlo con una tapa y dejarlo enfriar. Luego envolverlo en tela limpia y colocarlo en el centro del recipiente de cerámica donde está almacenado el té. Sustituir el carbón regularmente según la humedad del ambiente.